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Todavía hay muchas personas que piensan que esterilizar un gato, ya sea hembra o macho, es una barbaridad, que es una mutilación innecesaria. Por el contrario, cada vez hay más gente que se ha dado cuenta de las muchas ventajas para el gato y para sus dueños que esta sencilla operación conlleva.

Los tiempos han cambiado y ahora el gato se ha convertido fundamentalmente en un animal de compañía, una mascota destinada a vivir en nuestra casa y permanecer sola mucho tiempo mientras sus dueños pasan horas trabajando fuera. Afortunadamente el gato es un animal que se adapta perfectamente a estas circunstancias, es limpio y casero y una vez esterilizado quitaremos los únicos inconvenientes y riesgos que cara a una convivencia agradable puedan surgir.

Para que entiendan mejor las ventajas de una castración les recuerdo lo siguientes aspectos:

En los machos enteros que llegan a la madurez sexual entre los 6 y 10 meses de edad comienza el instinto natural de marcar el territorio, orinará aleatoriamente en distintos lugares de la casa, esquinas, muebles, cortinas… si queremos evitar ese intenso olor, la castración antes de que comience con esa costumbre lo erradicará para siempre.
Otra característica de los machos enteros es su fino olfato y oído, detectará con ello alguna hembra en celo en las cercanías de la casa y casi inevitablemente tenderá a fugarse para culminar sus deseos con el evidente riesgo de un accidente, de enfermar en cualquier pelea con otros gatos callejeros o simplemente perderse. Con la eliminación de sus hormonas sexuales el gato macho perderá su propensión a las escapadas. También es importante recordar que la orina de los machos sin castrar tiene un fuerte olor que desaparece totalmente al ser castrados. Y ya por último destacar que el carácter de un macho castrado permanecerá eternamente joven y cariñoso hasta el final de sus días, hay estudios que aseguran que un animal castrado vivirá más años y con mejor calidad de vida.

En cuanto a las
Hembras, al igual que en los machos, evitaremos con la esterilización el riesgo de fugas durante los celos, que aparte de embarazos no deseados conlleva un alto riesgo de enfermedades tan nefastas como la leucemia, muy frecuente en gatos callejeros, o parásitos del tipo que produce la Toxoplasmosis, tan peligroso para la gata como para nosotros mismos.
En cuanto a los celos, que en una gata doméstica son aún más frecuentes, se acaban convirtiendo en una pesadilla para sus dueños, su carácter cambia y se ponen muy pegajosas e insistentes, nos seguirán a todas partes con las posaderas en alto y pasarán la noche con fuertes y penetrantes aullidos. Incluso se dan casos de gatas que también orinan fuera del cajón sanitario  a modo de los machos marcando el territorio. Existen tratamientos hormonales para evitar los celos en las hembras, pero sus efectos secundarios son un gran inconveniente, por lo que la esterilización es una opción mucho más ventajosa. Estos tratamientos simulan en la gata un embarazo no real que conlleva un alto riesgo a la larga de infección, también los sucesivos celos sin que la gata tenga relaciones puede derivar en una Píometra que obligará finalmente a esterilizarla y además con riesgo de fallecer si no se actúa a tiempo.

Por todo esto llegamos a la conclusión que esterilizar a un gato no es mutilarlo ni negarle la felicidad, sino todo lo contrario, son tantas las ventajas que el propio gato elegiría esta solución si pudiera hablar.

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