Cuando decidimos programar una nueva camada cuidamos los detalles al máximo, es el momento de la verdad, elegimos los reproductores adecuados para lograr los cachorros deseados en cuanto a morfología, color y carácter. Controlamos que los test de HCM de los reproductores estén actualizados, unos 15 días antes de las montas revacunamos a la hembra con una nueva dosis de pentavalente y la desparasitamos para conseguir una gestación sin sorpresas y que la madre trasmita a sus cachorros un alto nivel de defensas.

En ningún caso reproducimos con una hembra que no haya cumplido un año de edad y a la que se le haya realizado la prueba para determinar lesiones de corazón (HCM). Al final de la gestación aislamos a la gata en el cuarto de cría para su tranquilidad y evitar así posibles accidentes, también con la intención de que se familiarice con la nueva habitación donde pasará los 2 o 3 próximos meses.

Los cachorros son pesados a diario a partir de su nacimiento y sometidos a una estrecha vigilancia para evitar contratiempos, es un momento en que paso la mayor parte del día con ellos, disfrutando del espectáculo de verlos crecer y observando los increíbles cuidados de la madre. Una vez pasados los primeros 70 días de vida, y con la primera vacunación de los cachorros, si los veo en óptimas condiciones, los introduzco en el cuarto de las hembras donde seguirán desarrollándose hasta que llegue el momento de partir a sus nuevos hogares, nunca antes de los 3 meses y asegurándome de su perfecto estado de salud.